Historia de la muliza “¡A ti!”. Le decían el “Burro”, no porque le faltara ingenio en el cacumen, sino porque tenía un extraordinario parecido con aquel astro nacional del cuadrilátero al que apodaban el “Burro” Icochea, boxeador que por su pegada fulminante recibió el apodo. Por aquellos años había matado de un contundente gancho de derecha a su oponente, un novel boxeador panameño negro. Alberto Icochea, el recio peleador limeño y Mariano B. Collao, el notario cerreño, eran dos gotas de agua. Por ese parecido excepcional, el apodo de uno trascendió al otro y a ambos les quedó la chapa: “Burro”. Al “Burro Collao”, el pueblo lo conocía como un excelente y cumplido notario y por su potente voz que resonaba vibrante en las comparsas carnavalescas. Por nada más.
No se le conocía ninguna otra habilidad especial. Por eso es que la noche del 22 de febrero de 1925, cuando se abrió el sobre que contenía el nombre del compositor que con el seudónimo de “Nítsuga” había ganado el concurso de mulizas promovida por el Club Vulcano, todos quedaron boquiabiertos, sorprendidos, anonadados. Claramente, como autor de la pieza se leía: Mariano B. Collao. No quedaba duda.
A partir de entonces, los comentarios sotto voce se multiplicaron. Pasados algunos años, con el ánimo de descubrir la verdad del asunto realicé una encuesta entre los que lo habían conocido. Estas fueron sus respuestas. Don Pedro Santiváñez, amigo íntimo y copartícipe de sus noches de juerga, casi como un hermano, me dijo: “No, no creo que Mariano sea el autor. La calidad de sus versos no se condice con su capacidad creadora que jamás la había puesto de manifiesto, porque nunca la tuvo. No, no puede ser él”. Don Juanito Arias Franco, excelente guitarrista y miembro infaltable en la bohemia de aquellos años, aseguraba: “Ese cojudo era incapaz de escribir siquiera una carta de amor, menos va hacer una muliza tan linda como ésa. Lo que pasa es que se lo ha pirateado a alguien”.
Don Gerardo Patiño, afirmaba: “Me resisto a creer que él sea el autor de esta bella muliza. Jamás le hemos conocido como compositor ni visto escribir un solo verso. No, no creo que él sea el autor. Lo que sospecho es que, Francisco N. de Castillo, el magistrado de la Corte Superior que con él trabajaba en las cuestiones legales y había publicado varios versos muy hermosos, se lo ha entregado para que lo presente al concurso sin mencionar su nombre. Esto, lógicamente, fue aprovechado por Collao. Es posible también que el que fuera dedicado a la reina de la ciudad, Srta. Lucila Arias, atenuara la curiosidad y los comentarios de los cerreños. No querían incomodar a Su Majestad”.
El caso es que la duda acerca del autor se mantuvo por mucho tiempo. Nada menos que siete décadas. Lo único que sí podía asegurarse con la verdad es que la música le pertenecía al cholo Graciano Ricci.
Hubo de transcurrir setenta años para que el periodista, Daniel De la Torre Tapia, descubriera la farsa. Los versos habían sido plagiados del poemario de la exquisita poeta sevillana, Mercedes de V. Rodríguez –colaboradora que siempre enviaba sus creaciones al diario cerreño-. Estaban publicados en la página literaria de EL MINERO de diciembre de 1898. Hace más de ciento diez años.
¡Cuánta razón tenían los viejos cerreños! Todos, unánimemente se resistían a creer que Collao hubiera creado semejante belleza de muliza. Era un secreto a voces: las letras no eran de su inspiración. Por setenta años vivimos en el engaño. Lamentablemente, la calidad de las letras es de tal envergadura que, orgullosos lo hemos mantenido como un “himno” de nuestra tierra. Ahora que han transcurrido catorce lustros del acontecimiento, queremos citar a nuestros amigos a la dama Mercedes de V. Rodríguez, cuya obra al decir del extraordinario poeta cerreño, Luis Pajuelo Frías, «Constituye un logro de notable virtuosidad compositiva y acusa una rara, como finísima sensibilidad poética. Totaliza treinta y cuatro estrofas, escritas en cuartetas, todas unidas por un tema: el sufrimiento. Cada estrofa, independientemente, presenta una forma particular de asumir ese tema. Así, su estructura se asemeja a la de un extenso como atrayente collar: un cintillo que une, una a una, treinta y cuatro cuentas, de tamaños y brillo diferentes».
que bueno que hayan personas que estudien nuestra historia y nos brinden informacion util, que sigan multiplicandose esta clase de personas, Dios los bendiga……….
Muy buena historia don César, lo felictamos de verdad por la información, ahora que se proclamará a la muliza como patrimonio cultural del Perú.
Amigos de Pasco sin censura:
Respecto de la muliza, estamos coordinando con el Ministerio de Cultura a fin de que se haga justicia con esta fruto de la creación de nuestro pueblo querido. Saludos a todos. Ah, los invito a una conferencia que habremos de realizar el catorce del presente en el Club Departamental Pasco. Voy hablar del nacimiento de nuestrab tierra. Espero tenerlos las seis de la tarde. Gracias.
Disculpe, ¿por qué figura en la la «V», en Mariano V. Collao cuando se supone que según la historia debería ser la B de «Burro» que era su alias? ¿Es acaso el mismo tenor de porque allí escriben Rixi cuando es Ricci o me equivoco? Y para terminar NÍTSUGA no será un seudónimo tipo acrónimo o tiene algún significado por lo que colijo es AGUSTÍN leído al revés quizás por allí se encuentre al verdadero autor
Amigos de Pasco sin censura: El segundo nombre de nuestro notario era Víctor, por eso la letra «V». Lo de burro fue su apodo por su parecido con el boxeador. En cuanto a Graciano Ricci, me contaba su íntimo amigo don Pedro Santiváñez, que es un hijo natural de un italiano de los muchos que llegaron a nuestra ciudad y debe pronunciarse «Richi» como fue al principio. En este como en muchos casos, en nuestra tierra hubo una buena cantidad de jóvenes que, como es natiural, llevaban apellidos extranjeros de sus padres, sean éstos franceses, italianos, ingleses, croatas, austriacos, etc. Les recomiendo que lean mi trabajo «La inmigración en el Cerro de Pasco», publicado por la Academia Nacional de Historia en su libro jubilar con motivo del centenario de su creación. Está en la Biblioteca Nacional.En cuanto a Nítsuga es un acrónimo, efectivamente. Espero que siemprte estén conmigo. Gracias
Estimados amigos, me siento muy orgulloso de haber nacido en el Cerro de Pasco, conozco a don César Perez Arauco, fue mi profesor.
Extraño destino el que me toca. Vivo en Jauja, y quise, confieso, organizar yo mismo esta vez una edición más de la Muliza jaujina, no puedo negar es bonita, pero más bonita es la de mi tierra. Estoy en pos de crear una Ordenanza Municipal a fin de que tenga presupuesto anual y pueda realizarse continuamente. Aquí recién le están dando vida a este valor. Aunque no crean les cuesta aceptar que la muliza sea del Cerro de Pasco.
Condecoración al virtuoso escritor Cerreño Daniel De La Torre Tapia.
Excelente aclaración histórica. Muy agradecido por estas líneas que realmente nutren la historia de mi pueblo «El Cerro de Pasco».
Invito así mismo también a escuchar la recopilación propia que tengo de ellas.
AQUI –> https://mulizas.com/