Nuestra vieja pelota de fútbol

Nuestra vieja pelota de fútbol

Así era la mágica pelota de fútbol de nuestros inicios deportivos. Cuando los ingleses llegaron al Cerro de Pasco (en 1865) para la construcción del primer ferrocarril de la sierra, traían con ellos el deporte que andando los años se convertiría en el más popular y querido en el mundo entero. En 1863, los estudiantes de la Universidad de Cambridge (Inglaterra), definieron los primeros reglamentos de este deporte, separando el Rugby del Fútbol Soccer. En éste no se podía usar las manos como en el Rugby. Sólo el arquero podía hacerlo, pero limitado por un área de dieciocho yardas marcadas con cal. Salido de ella, se convertía en falta. Se convinieron las dimensiones del campo de juego, el tiempo a jugar, la dirigencia del arbitraje y otros puntos que casi nada han cambiado. Por eso se afirma –con razón- que los ingleses son los creadores del fútbol.

En su complicado bagaje, los ingleses, traían esta pelota. Las originales -afirman los historiadores del fútbol- eran hechas con piel de camello, de ahí la primera marca de pelotas: CAMELL. Interiormente tenían un “blader” de jebe que se inflama para darle dureza. El aire ingresaba por la “pichina” que, luego de inflada se ataba con una cuerda. Inmediatamente con una serie de aparatos especiales, la introducían dentro teniendo cuidado de no dañar el “blader”. Para eso se usaba un “Poncho” de cuero grueso. Los artistas que la inflaban, la dejaban como se ve en la foto, perfectamente redonda con los pasadores de cuero muy bien alineados. Para eso, cada equipo futbolístico, contaba con el “Portabolas”, cargo que aparecía en la nómina directiva del Club. Éste debía ser un experto en el inflado y un maestro en la presentación para el partido.

Estas pelotas eran de cuero grueso y, cuando se mojaban, llegaban a pesar una barbaridad. Tanta era su dureza que si alguien la cabeceaba podía lesionarse hasta llegar al desmayo, como muchas veces ha ocurrido. Por eso es que cuando alguien “disparaba” la pelota de “punta y cacho”, la dejaban pasar. En mis tiempos, sólo llegando a la Liga podíamos jugar con ella. En la escuela jugábamos con pelotas de trapo, perfectamente confeccionadas.

El trascurrir del tiempo ha ido cambiando todo. Después de estas legendarias pelotas, aparecieron las modernas con “Válvulas” que, además de su perfecta redondez, no tenían la dificultad de los pasadores. La historia nos dice que en Belle Ville, Córdoba, Argentina, en 1931, Luis Polo, Antonio Tosolini y Juan Valbonesi idearon la pelota de fútbol sin tiento, es decir sin pasador: el secreto consistía en una cámara dotada de una válvula que impedía el escape de aire une vez inflada mediante un pico. El 9 de septiembre de 1936 se utilizo por primera vez en un partido de la AFA. Se la llamó: la Superball. En la actualidad las pelotas están fabricadas de un material tan especial que no se mojan por más que se juegue en canchas enlodadas. Esto ya es otra cosa. Nosotros jugamos con la antigua. Ella fue nuestra amiga consentida y amada, hasta que la dejamos. No la olvidaremos nunca.

Nuestros viejos “Chimpunes”

Así eran nuestros zapatos de fútbol. Como lo están viendo en la foto de este post. A lo largo y ancho de nuestro territorio, recibió el nombre de “Chimpunes”. La razón es que los primeros zapatos fabricados para este deporte (Antes de jugaba con medios calzados de calle), fueron traídos por los ingleses y eran de nombre:”Champion”. Como casi todas las palabras que trajeron estos gringos fueron cambiados por nuestro pueblo, en lugar de “champion”, pronunciaron CHIMPUN, y se quedó con ese nombre. Lo cierto es que eran muy toscos y rudos. Fabricados con cueros resistentes y, distribuidos equitativamente, los “cocos” remachados con muy buenos clavos de acero. Lo malo es que, gastado el cuero de los cocos, quedaban los clavos convertidos en púas que los mal intencionados utilizaban arteramente para herir a los rivales. En nuestra tierra comprábamos los fabricados por los jaujinos que fueron los especialistas en fabricarlos.

Andando el tiempo, su fabricación se hizo más sofisticada. Los argentinos hicieron los: “Boca” con cuero suave y una lengua larga para cubrir los pasadores del empeine. En realidad ya eran botines que cubrían muy bien los pies del deportista. En el Perú imitaron la confección y salieron los zapatos “Mayurí”. Hermosos chimpunes. Les sucedieron los “Crack”, “Mitsuwa” y otras marcas más. En la actualidad son tan sofisticados que da la impresión de que estuvieran fabricados para señoritas bailarinas de Ballet. Están climatizados con una serie de ventajas que les prestan facilidades a los actuales cracks. ¡Cosas de la vida! Han pasado los años y no hemos podido olvidar nuestros viejos chimpunes, confidentes de triunfos y fracasos deportivos de nuestra juventud.

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1 comentario en “Nuestra vieja pelota de fútbol”

  1. Felicitaciones profesor Pérez Arauco, seguimos con atención sus interesantes publicaciones; me pregunto si ese CHIMPUN que deriva de CHAMPION no seria también el origen de CHIMPUN CALLAO !!!
    Saludos cordiales

    Dario Enriquez Santivanez

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