El Cura Bolo
Nunca hubo necesidad de avisarle. El Cura Bolo lo sabía. No sé cómo, pero lo sabía. Era el primero en llegar al velorio cuando la sala mortuoria estaba convenientemente adecuada. Las paredes macabramente oscuras, cubiertas con catafalcos negros de festones dorados. Las únicas luces que iluminaban la estancia eran las del centro de sala y […]