El 26 de octubre de 1848 nacía en el Cerro de Pasco, Evaristo San Cristóval y León, hijo del minero chileno Dionisio San Cristóval, radicado en la ciudad desde 1839, y de la dama cerreña, Ascensión León. Inició sus estudios en la Escuela Municipal de su tierra natal terminándolos en el Colegio Nacional de Nuestra Señora de Guadalupe. Inclinado al dibujo desde su infancia, demostró una marcada vocación por el estudio de las Bellas Artes, llegando a ser el más sobresaliente alumno del célebre maestro italiano Leonardo Barbieri. Lo absorbe totalmente la preocupación estética por el dibujo y la pintura y, desde entonces, una voluntad inquebrantable lo pone al servicio del arte.
Evaristo San Cristóval contaba con sólo catorce años cuando dibuja el retrato de su profesor y unos fósiles dedicados al sabio maestro Sebastián Barranca. Dos años más tarde -1864- pinta a la acuarela un estudio anatómico en miniatura que representa a un preso con el torso denudo, que lucha por desasirse de las cadenas que lo oprimen. Cierra su actividad escolar de ese año que egresa de Guadalupe, con un cuadro que representa a un árabe con el alfanje desnudo en defensa de su hijo que está en trance de ser raptado por unos beduinos. Barbieri, con su autógrafo, aprueba con nota sobresaliente ese dibujo. Es por aquellos años que aquilatando el valor humano de su paisano Daniel Alcides Carrión, lo dibuja al natural. Es el más hermosos retrato que tenemos de nuestro mártir, su paisano.
Es a partir de esa fecha, 1864, en que se hace abrumadora su producción artística. Miniaturista sobre todo, sorprende el caudal de su obra. Sin pausas, como recomienda Goethe, pero vertiginosamente como sabía hacerlo Lope, la inmensa labor de este artista se descompone así: 720 retratos al carboncillo, 45 pinturas al óleo, 22 al pastel, 14 acuarelas y 8 dibujos a pluma, es decir un total de 809 obras. Sus más valiosas producciones son concebidas y ejecutadas entre 1870 y 1897, fecha que precede sólo en tres años a la de su muerte.
Una columna romana dibujada a la pluma, en 1869, presentada a la Exposición Nacional de 1872, premia sus miniaturas, como también los retratos a la pluma de, don Manuel Pardo, y de Racine. Es la época en que está en boga la escuela de Julién, consistente en el dibujo detallado del último pormenor, del gusto, la paciencia y la prodigalidad, buscando la captación del más mínimo detalle. Se diría que se dibuja bajo la advocación de Job; que el artista anhela hacer fotografías a pluma. Barbieri está influido por esta escuela, y en su enseñanza da idéntica orientación a sus discípulos. San Cristóval, apasionado por el dibujo detallista, acierta en esta forma de arte al camino señalado por Rosalba Carrera, Jacques Bourdier y el gran Duchesne. El retrato en miniatura del siglo XVIII, irreprochable en su factura, prende en el ánimo estético de San Cristóval. Él, como sus maestros, sabe vencer las dificultades del trabajo y llega hasta la finura y la delicadeza exquisitas.
En el retrato de Racine alcanza la perfección. Se esmeró tanto el artista en la fiel reproducción de los crespos del gran trágico francés y, lo logró al detalle. Es tan acabada la obra, que con justicia se ha dicho, que podría figurar en cualquier sala de museo y estar firmada por el célebre Schultz. En parangón con este retrato, es necesario mencionar el del profesor Eugenio Chevreul. Ejecutado en 1892, el sabio francés, reproducido a tamaño natural, se halla dictando una conferencia en la Sorbona. San Cristóval ejecutó esta obra al carboncillo y lápiz blanco, sobre papel sepia. Alcanza tal perfección que por momentos la figura parece cobrar vida y movimiento.
Múltiple es la obra meritísima del artista cerreño. No sólo en lo artístico. En la Empresa Meiggs, fue el primer dibujante encargado sucesivamente de las oficinas de la división San Mateo, de la central de Lima y, de los estudios de la Oroya a Chanchamayo. Es a él a quien se deben notables planos que fueron premiados en la Exposición. Honrosos certificados le expidieron don Ernesto Malinowski y don Enrique Meiggs.
Durante la guerra con Chille, es encargado de las Oficinas del Estado Mayor de Reserva, trabaja con perseverancia y empeño dignos de mejor suerte. Verdadero amante del arte, maestro sin tregua en la jornada, figura como exponente premiado en todas las exposiciones nacionales. Gran intuitivo, sin centros apropiados donde perfeccionar sus conocimientos, en lucha con todo género de dificultades, busca la perfección con la pluma, el carbón, el óleo, el pastel, el yeso, el cobre, el zinc y la fototipia. Su constancia y su talento sin embargo, no impiden el cumplimiento de sus obligaciones magisteriales.
Evaristo San Cristóval fue profesor cumplido en la Academia Concha, de la que fuera fundador, también en la Universidad y en la Escuela Militar. Los contratiempos y las dificultades no lo hacen desmayar. Nuestra vieja e histórica ciudad de Lima, evocada en sus señoríos y en sus galanteos, es trasladado a la piedra litográfica. Dibujos impecables, cuanto rincón de Lima tiene algo de evocador, está ahí. Lo propio hizo con sus hombres públicos que descollaron en el curso de una centuria. Todos aquellos que quieran documentarse gráficamente en la auscultación de la pompa y el galardón de Lima antañera, forzosamente tiene que recurrir a la galería confeccionada por San Cristóval y León.
Pero este inolvidable artista cerreño, no sólo cultivaba el arte y, la enseñaba; la estudiaba también. Intacta se conserva la selecta biblioteca que formó para documentarse. La integran obras rarísimas y de un valor inestimable. San Cristóval estudiaba la anatomía pictórica de Audrán y Esquivel; la teoría del dibujo en el tratado de Leonardo Da Vinci; la pintura mística española, en la voluminosa obra de Palomino; los grandes maestros en el Tratado de Vassari; a los célebres artista del mundo y de todas las épocas, en la inigualada colección de Manjares. Una joya bibliográfica consistente en una Biblia, interpretada en 200 láminas, donde a porfía compiten las firmas de celebérrimos grabadores que inmortalizaron hace tres siglos los talleres de Leyden y Amsterdan, completó objetivamente la instrucción artística que él solo supo darse.
Pero no solamente fueron el lápiz y el pincel los que con notoria maestría manejaba el artista. Sobre la piedra litográfica su buril también fue de selección. Sombra nítidas fueron impecablemente reproducidas sobre el papel. Ni los fáciles fotograbados de hoy alcanzan la perfección de aquellos trabajos. Verdaderos modelos en su género son las litografías en negro y a cinco colores que ejecutó, por lo que fue llamado. “El Gustavo Doré Peruano”.
Muestras del privilegiado talento de Evaristo San Cristóval, fueron sus periódicos ilustrados que tanta atención llamaron hacia fines de siglo XIX. Asociado a Manuel Moncloa y Covarrubias, Abelardo Gamarra, José Toribio Polo, Domingo de Vivero, Teodorico Olaechea y Teobaldo Elías Corpancho, editó interesantes semanarios y quincenarios como: “La Ilustración Americana”, “Revista Americana”, “El Perú Artístico” y “Exposición de Lima”. El fotograbado no existía por entonces, siendo necesario vencer grandes dificultades. El artista pudo ofrecer la más profusa y documentada descripción gráfica de los últimos años en los citados periódicos. En todos ellos colaboró infatigablemente, desfilando en sus páginas las figuras de los próceres de la emancipación y cuanto hombre célebre tenía el Perú en las ciencias, en las letras, en las artes y en la carrera de las armas. Cuanta limeña llamó la atención por su belleza y su gracia, en más de medio siglo, ocupó los suplementos de aquellas revistas. El artista supo reproducirlas con notable exactitud y fidelidad. En “El Perú Ilustrado”, asimismo, quedó también una huella imborrable de su esfuerzo artístico. En rigor es considerado, con toda justicia, el padre del periodismo gráfico en el país.
En la época en que San Cristóval se encuentra empeñado en una labor tan fatigante -1870- ya han alcanzado su plenitud, Ignacio Merino, Francisco Lazo, Luis Montero, Francisco Masías, Pancho Fierro y, Federico Torrico. De su tiempo son, entre otros, Ingunza, y Del Campo, Lynch y Effio, Abelardo Álvarez Calderón y Romeo Gago, Daniel Hernández y Teófilo Castillo. Obra fructífera también hace en la Academia Concha, a la que dedica parte de sus desvelos y sus esfuerzos. Son sus discípulos aprovechados, el gran artista Julio Málaga Grenet, Federico Field, David Mons, Leonardo Jáuregui, Enrique Vargas Portal, Garreta, Melgar, Chávez, Tambini, Váscones, Manzanares y tantos otros que posteriormente habrían de destacarse en la pintura y el dibujo al natural.
Una vida enteramente consagrada al arte fue, en verdad, la de Evaristo San Cristóbal. En una época de arte detallista, en la que el dibujo aspira a la fiel reproducción fotográfica, este artista cerreño se prodiga sorprendentemente. Como maestro y como funcionario, además, Evaristo San Cristóval es incansable. Su obra, sin embargo, rebasa todo recogimiento de Academia. Sin poder contar con la fácil técnica del fotograbado actual, él divulga el arte en los periódicos de entonces. Graba en piedra gran parte de su obra y hace por primera vez verdadero periodismo gráfico en el Perú.
El 7 de diciembre de 1900, en el umbral casi del siglo pasado, a los 52 años de edad, la muerte pone término prematuro a la carrera del infatigable artista cerreño. El colegio de secundaria del asiento minero de Goyllarisquizga lleva su nombre como homenaje a su grandeza de artista genial e inolvidable. Sin embargo, no obstante una oportuna recomendación, han omitido por desconocimiento, que el apellido del artista genial, es con uve: San Cristóval.
Me agradò conocer la biografìa de E. San Cristòval.Rogarìa poder conseguir una copia del dibujo al natural o retrato que le hizo a Daniel A. Carriòn- Muy agradecido. Dr.Betilo malparta T. Tel. 981171819
Tuvo un hijo, que fue senador. El hijo del senador fue catedrático de derecho, historiador y geógrado. El hijo del catedrático es mi tío, Carlos San Cristobal, que todavía guarda dibujos.
Estimado Josè: Muy complacido y agradecido por tener noticias de un descendiente de Don E. San Cristòval. Quisiera saber si tienen una copia del retrato que hizo de Danie A Carriòn, u otro relacionado con nuestro martir, ya lo tengo de Perù Ilustrado, de la cual estàn exhibièndose una falsificaciòn, que le enviarè en su correo. Con especiles saludos. Dr. B. Malpartida.
orgullosos de haber estudiado en goyllara en el colegio evaristo san cristoval y leon saludos compañeros de esa epoca
Hoy he tenido el placer y privilegio de adquirir el libro » Vida y obra de Manuel Pardo y Lavalle » de Evaristo San Cristoval. En esta información no se dá cuenta de la faceta de escritor de este ilustre personaje. Se trata de un gran y voluminoso libro de mas de 700 páginas, muy deteriorado por cierto, algunos vendedores de libros de viejo dicen que un libro antiguo restaurado pierde su valor como tal; es un punto de vista que no le presto mayor importancia, por que personalmente los que yo poseo son totalmente restaurados recobrando sus brios como recien salidos de imprenta, mi libro de Evaristo no será la excepción lo dejaré como nuevo para luego leerlo con muchisima atención y placer…si…es un gran libro.
Importante ilustrador don Evaristo San Cristoval y León, que nos permitió a nosotros tener el semblante del héroe de Arica y de nuestro familiar de Don Ramón Zavala Suárez que figura en la publicación de wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Ram%C3%B3n_Zavala
Estimado Domingo:
Evaristo San Cristóval nos dejó los retratos de los más notables hombres del Perú. Eso se lo debemos. En Pasco hay un Colegio que lleva su nombre. Es el mejor monumento a su memoria.
Gracias
Orgulloso Goyllarinos triunfamos en nuestra patria y en el mundo y siendo herederos de una genuina educacion como ex sancristovalinos un recuerdo a nuestros maestros y compañeros de tantas generaciones desde aquel lejano 1964 donde se funda nuestro alma mater————–atte: Antonio MARTINEZ ESPIRITU cel:#966098533.
Qué buen texto sobre Evaristo, tienes un hermoso estilo. También en el Perú Ilustrado, al parecer desarrolló relatos gráficos, cómics, les diríamos ahora. Mucho le debemos.
Tienes razón Carla. Evaristo ha sido el artista que ha retratado toda una época de nuestra patria. Fue denominado, con justicia: «El Gustavo Doré peruano». Gracias, además, por tus hermosas palabras. Sigue acompañándonos en nuestra página. Gracias.
Gracias por este artículo respecto a don Evaristo San Cristóval y León y su valioso aporte al arte nacional. Un cordial saludo a su distinguido autor a quien comienzo a seguir desde hoy.
Estimados, muchas gracias por la reseña sobre mi abuelo, yo conservo una de sus obras al pastel: El Corazón de Jesucristo y hace años estoy tratando de saber dónde se encuentra su obra maestra: el óleo titulado Cáritas, en el están retratados my padre y mis tías, si alguno de ustedes me puede dar información se lo agradeceré, favor escribirme a: san_cristobal_au@hotmail.com
Atentos saludos,
indiramelguera@gmail.com
En Goyllariizquizga, hay un colegio con el nombre del gran Evaristo San Cristobal. Allí estudió mi madrecita Esperanza y trabajó mi padre Sebastián como profesor de lengua y literatura.
Un saludo especial para todos los admiradores de este ilustre personaje.
Es un honor haber sido estudiante del glorioso Colegio Nacional Mixto
Evaristo San Cristôbal y Leôn en el Distrito de Goyllarisquizga Provincia Daniel Alcides Carriôn Regiôn Pasco. Desde l966 hasta 1971.